Hace poco más de un año NH invitó a 30 de sus clientes a quemar adrenalina, asistidos por psicólogos, destruyendo con picos y mazas las habitaciones -paredes, moquetas y muebles incluidos- de su madrileño Hotel Alcalá, anticipándose a la prevista renovación de sus instalaciones.
Hoy los estresados son los ejecutivos de la cadena, no sus clientes, y el protagonismo de la ceremonia festiva de destrucción, que entonces se bautizó deroombing, lo tiene la crisis económica y sus secuelas.
Los últimos resultados del grupo, que registraron una caída del 45% en su beneficio neto en el primer semestre y del 63,1% en los nueve primeros meses de 2008 sobre iguales periodos del año anterior, el recorte de las inversiones previstas en su plan estratégico y el empeoramiento de sus previsiones explican el cambio de estado de ánimo y de recomendaciones de muchos analistas y bancos de inversión respecto a este valor.
A la avería de sus resultados no han sido ajenos, además del deterioro del marco económico y financiero general, la crisis inmobiliaria en España y las cada vez más negativas expectativas para su sector. Los hoteleros vaticinan en España una reducción de la estancia media y del número de pernoctaciones por cliente en el cuarto trimestre, y una caída de la rentabilidad de entre el 6% y el 7%, según un estudio de PricewaterhouseCoopers y la Confederación Española de Hoteles.
NH, que ha abierto esta semana un hotel de 414 habitaciones en Polonia, el NH Poznan, confía, pese a los augurios de los analistas, en que su diversificación geográfica y las medidas que ha adoptado le van a permitir capear con escasos quebrantos la crisis que atraviesa su actividad principal.
Sus efectos se están dejando notar en toda la cadena, pero con mayor intensidad en sus hoteles españoles (la ocupación en estos establecimientos disminuyó hasta los 291 millones en los nueve primeros meses, frente a los 306 millones de un año antes).
Una de las decisiones adoptadas por NH ha sido la ralentización de su plan de expansión trianual puesto en marcha a comienzos de 2007 y la reducción de sus compromisos de inversión "como medida de prudencia ante el entorno de incertidumbre".
Aunque el grupo no descarta "crecer vía contratos de gestión y arrendamientos variables, que no supondrán nuevos compromisos de inversión".
NH ha cancelado ya tres proyectos, que suponen en conjunto una reducción de 26 millones de euros en compromisos de inversión, correspondientes a un hotel en propiedad en Colombia y a dos hoteles en régimen de arrendamiento en Polonia y Alemania.
El otro eje de la estrategia para afrontar la crisis de NH ha sido la puesta en marcha de un plan de eficiencia operativa y de gastos estructurales.
Los analistas de Ahorro Corporación no se muestran más optimistas con la hotelera: "Esperamos en 2009 un empeoramiento de los márgenes vía precios" (creen que la caída en la ocupación obligará a la cadena a reducir el precio de sus habitaciones para hacerlas más competitivas).
En cuanto a la actividad inmobiliaria de NH, su filial Sotogrande registró unos ingresos hasta septiembre de 13,30 millones de euros, frente a los 52,97 millones alcanzados en el mismo periodo de 2007. A 30 de septiembre Sotogrande contaba, según la compañía, con ventas comprometidas y pendientes de contabilizar por importe de 77,85 millones.